El anís es una bebida espirituosa de alta graduación que recibe su nombre del fruto de la planta con la que suele estar hecho: la Pimpinella anisum, conocida en castellano como “anís”.
El concepto de Anís como licor está legalmente muy restringido en la Unión Europea donde a la gran mayoría de las bebidas de este tipo no se les considera un aguardiente; además cambia de una cultura y época a otra. En Hispanoamérica existen gran variedad de bebidas compuestas con anís las cuales en algunos países son consideradas como aguardientes. Sin tener en cuenta dichas restricciones semánticas, las bebidas alcohólicas a base de Anís se distinguen universalmente sin ambigüedad en el ámbito de la bromatología.
En la elaboración de este licor no sólo se usa el Pimpinella anisum L., sino también el badián, el hinojo e incluso otros frutos y semillas, con anetol. La legislación comunitaria de la unión europea1distingue hasta cinco denominaciones de venta de bebidas espiritosas de alta graduación basadas en el anetol: “bebidas espiritosas anisadas”, “pastis”, “pastís de Marsella”, “anís” y “anís destilado”. Para cada una de esas denominaciones se establecen unos requisitos y exigencias. Sólo si se cumplen podrán llevar la correspondiente denominación en su designación, presentación y etiquetado, pues lo que comunica el sabor a la bebida no es un fermentado alcohólico, sino el anetol (responsable del efecto lechoso al añadir el agua).
Hay que distinguir dos conceptos de “anís”: el legal y el potológico. Muchas bebidas tienen la consideración potológica de “anís”, sin que puedan presentarse en el etiquetado con tal "denominación" en un determinado país. Tendrán que hacerlo con otros nombres. El mencionado concepto legal de anís comunitario sólo es aplicable a Europa. Los países hispano americanos también son consumidores y productores de anises. En varios de ellos se elaboran de gran calidad, en sus variantes de seco y dulce. En muchos casos no les afectan esas normas comunitarias —por lo demás cambiantes— ni en su designación, ni en su presentación ni en su etiquetado, aunque las presenten a la venta en Europa. No debe, por tanto, confundirse el concepto legal de anís —muy restringido en el caso de Europa— con el concepto potológico de “anís”. El concepto legal de anís es cambiante de país a país y de una época a otra y sus exactos límites pueden acabar en los tribunales de justicia.
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